Es curioso darse cuenta lo que se puede aprender cuando a uno no le queda más remedio.
Cuando terminé mi libro creía que era bueno. Tenía esperanzas de que lo fuera. Había invertido mucho tiempo de mi vida en él, para que no tuviese salida. Y me dije, <<las editoriales se lo van a rifar>> Ja, ja, ja. Por eso soy escritora novel, por creer que una editorial va a valorar mi obra de verdad.
A día de hoy, después de que las editoriales me hayan ignorado completamente y haya decidido autopublicar mi libro, he de decir que me siento más que satisfecha. Me doy cuenta de todo lo que he aprendido gracias a que no me lo hayan publicado. A la seguridad en mí misma que he cogido aprendiendo a maquetar la obra, a buscar una imprenta, a buscar un programa para preparar el e-book y un largo etc. Diría que siento que hoy Gálora es más mío que nunca. Sé que todo el proceso de publicación, desde la primera hasta la última palabra, fue mío. Y eso es algo gratificante.

No hay comentarios:
Publicar un comentario